nec dimittan neque obliviscetur

Amigos

jueves, noviembre 16, 2006


Silencio,solo silencio queda tras su paso,el silencio y el resplandor de su recuerdo.
Cuantas veces oculto su rostro tras la mascara vi sus ojos ansiosos,suplicando sentir sobre su piel la caricia del latigo y la mordiente de la soga.
Cuantas veces en silenco,oi de sus labios las palabras esperadas,el susurro de adoracion,el quejido casi incontenido.
Cuantas sus manos se ofrecieron gustosas a cumplir mis caprichos y todo su cuerpo me fue docilmente entregado con un solo gesto.
Pero ya paso,como la luna que brila en la noche,para esconderse durante el dia,asi ella se fue siguiendo su propio caminar.
Tal vez algun dia en su eterno girar,la tierra vuelva a unirnos y entonces de nuevo su cuerpo se humillara ante mi,y de nuevo seremos uno en el deseo,y entonces tal vez caiga al fin su mascara.
Tarha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un día menos para que este castigo de estar lejos de su presencia termine Señor...

DECLARACIÒN

El áureo disco astral, hinca sus únicos rayos cálido
ante su candoroso, suave rostro albo, en cada amanecer, homenajeando el ritmo terso de sus primorosos latidos, pensamientos multicolores, son impulsados ha aparecer en grupos de pétalos finos, perfumados y conmovidos,
ante la tersura de su fina piel, buscando poder merecer,la primicia de sus labios y en ellos quedar sumergidos,
¡Salve! Te dice la vida, eres su fuente y su razón de ser;
llego hasta Usted para decirle con palabras dulces y suaves,
todo lo que representas para mí proseguir, para mi sentir,
aposentados permanecen en mi esencia sus esplendores,
estas presente en cada traza constitutiva de mi existir,
suspiros, anhelos, vuelan hacia Usted como delicadas aves,
surcando el cielo y al alumbramiento de su amor asistir,
entre miles de halagos y alabanzas, colmadas de fulgores,
mirarme en sus ojos y allí su corazón y el mío, así fundir,

Gran caballero, efigie humanada de la real perfección,
acoge en su bondad una a una mis caricias perfumadas,
alegra con su voz mi soledad y cólmala de toda su ilusión,
aprehende entre tu sensibilidad mis esperanzas aladas,
moldea con su generosidad mi halito, Caballero andante,
alivia con su exquisito bálsamo, mis añoranzas laceradas,
reconforta en su seno mi canto entrañable de admiración,
toma mis versos inspirados en la majestuosidad de sus sendas...
Este presente va con tono claro firme, dúctil e inequívoco,
delineando las deliciosas órbitas amatorias aromatizadas,
presurosas y ávidas de su dulce voz, ¡así, yo le evoco!
Absorta y delirante, ante su tibia faz dejo plasmadas
en coloquio sutil, tierno y permisivo, creador e idílico,
invitando hoy a unir un par de mundos distanciados,
destello estelar y reflejo de mar en cuadro magnífico,
besándose en el infinito, complacidos y entrelazados...
Es mí dedicatoria cual presagio pueril en la hora eterna,
himno frugal, vivo, generado de la desnudez fundamental
surgida ha sido ésta desde el origen de la esencia sempiterna,
innata a la pulcra simiente indescifrable del ser sentimental,
hincada así, hoy ante Su omnipotente conciencia blanca,tierna,dejo mi verbo enamorado, claro, frente a Usted Amo monumental,buscando alojar cerca de su alma, este sentir que me gobierna,para que sepa cuanto le amo y le amaré, Gran Caballero..
Soy y seré únicamente suya y espero así lo comprenda,
sin saber si Usted me ama, no puedo proseguir viviendo,
subsisto gracias a la dulce miel de la respuesta que dará,
abrigo con afán el poder sentir y asir su consentimiento...
Caballero mío un solo sí, y mi vida eternamente iluminarás,
quedaría el universo pleno, colmado de extremo sentimiento,
es la voz del amor la que entre cándidos ensueños escucha,

¡Amado mío dame tu mano, celebremos nuestro advenimiento.
Sabes bien que no soy perfecta, comparado tu sensible excelencia,
sin embargo desde mi imperfección no me detengo para decirle,
es ilusión que conlleva a este noble corazón besar su indulgencia,
eres mi religión, mí fuerza, mí luz; lo único que hago es adorarle,
repitiendo a grito pleno, noche y día desde la terrible distancia,
¡Déjeme entrar en su vida, para siempre con mí amor acariciarle!

Permíteme llegar hasta la eternidad amándole con constancia,
Ya mí corazón no puede quererle, ahora solo vive para amarle!